La llegada de un hijo es probablemente el acontecimiento más importante en la vida de una pareja por la transcendencia que esto tiene. Un nuevo ser humano llega al mundo y lo hace totalmente desamparado y reclamando toda la atención de sus padres.
La pareja es cosa de dos, pero ¿qué ocurre con la llegada de un hijo? ¿Es realmente imprescindible aparcar el “nosotros” aplicado a la pareja durante al menos una primera etapa? O, por el contrario ¿es cuándo debería de estar mucho más vigente la relación?
El paso de ser pareja a ser padres
La llegada de un hijo puede traer consigo muchos cambios en muy poco tiempo. Normalmente, el bebé va a influir en las horas de sueño, por lo que a todas las novedades de la vida como padres hay que añadir un estado de cansancio casi continuado y la tensión de las nuevas responsabilidades.
En el caso de la madre se deben de sumar los cambios hormonales por los que está pasando su cuerpo, que pueden llevarle a tener problemas de humor o incluso conflictos con su propio cuerpo y su propia imagen sintiéndose menos atractiva o incluso mostrando cierto desinterés por el sexo.
Suelen contarnos lo más bonito de la aventura de ser padres, que realmente lo es, pero a veces se omite la parte más dura porque contarlo no está bien visto e incluso quejarse puede causar sentimientos de culpa por ser “malos padres”.
¿No debería de ser este momento el ideal para fortalecer la relación de pareja? ¿Acaso no es más necesario que nunca el “nosotros” para sentirse apoyados en los momentos difíciles y disfrutar de todo lo que conlleva ser padres?
Recuerdo que mi abuela me decía “los hijos unen” pero os aseguro que lo que yo viví cuando nacieron mis hijas fue todo lo contrario, los hijos separan y esta es la razón por la que el esfuerzo de los dos miembros de la pareja para que esto no ocurra es urgente e imprescindible. Pilar Fernández
La comunicación en la pareja
El niño ha llegado para quedarse, no es algo transitorio y si bien no va a ser siempre tan dependiente como en su primera etapa, aparcar la relación de pareja o el tiempo para uno mismo no debería de ser una opción.
Nadie debería de sentirse culpable por dedicarse un poco de tiempo a uno mismo o a su pareja, ya que esto, lejos de ser un momento “robado” al bebé ayuda a que nos sintamos más fuertes y disfrutemos más del tiempo que pasamos con el pequeño.
Cuando se trata de compartir tiempo, ¿has pensado que quizás la clave esté en la calidad del mismo y no en su cantidad? ¿Te has sentido alguna vez culpable por dejar a tu bebé a cargo de alguien de confianza para ir al cine con tu pareja o simplemente para pasar un rato a solas? ¿Qué trucos utilizas para conseguir tiempo para el “nosotros” como pareja cuando hay uno o más hijos en el hogar?
Estas son solo algunas de las preguntas que, quizás al igual que tú, se han formulado algunos de los participantes en los talleres de inteligencia emocional dirigidos a todas aquellas parejas que quieren construir una relación más positiva.
En el curso 3 del Programa de Inteligencia de Pareja Live it! damos algunas respuestas y algunos “cómos”, ¿os atrevéis a descubrirlo?.